10/5/2021
Hacer vida relativamente normal es a lo que aspira, a día de hoy, todo el mundo. Desde la RFEGimnasia, quisimos recuperar las competiciones para darle esperanza y motivación a todos nuestros deportistas que venían de un año muy malo y de aquellos meses encerrados en casa sin poder entrenar en condiciones normales.
En un año complicado para el tema reunir gente y competiciones, la RFEG ha reunido en diferentes campeonatos a casi 5000 personas procedentes de todo el territorio nacional, islas incluidas, sin ningún positivo que reseñar. Nuestras competiciones este año fueron:
En palabras de nuestra compañera Covadonga Menéndez, responsable de protocolo COVID, ella y el presidente, Jesús Carballo, lo tenían claro desde el principio:
“La implementación del protocolo sanitario ha sido muy positiva, es cierto que en los comienzos y debido al desconocimiento general de las personas participantes, ha costado un poco que los trámites de cumplimentación de los documentos se realizaran en los plazos previstos, siendo necesario insistir continuamente en su cumplimiento, si bien paulatinamente se ha ido interiorizando y automatizando el protocolo”.
Así, Cova idea una serie de protocolos que buscan reducir las posibilidades de contagio a cero.
¿Cómo se gesta nuestro milagro?
Previo a la competición:
Todos los anexos son supervisados por el Delegado de Cumplimiento de Protocolo COVID de la RFEG y en caso de alguna anomalía en los cuestionarios disponemos de una Jefe Médica a la que se le consulta para que ella determine qué pasos hay que seguir. Una vez que se envía a la RFEG este documento, se generan los salvoconductos y la declaración responsable.
El aforo se ha limitado a la mínima expresión, no se permite el público y las gimnastas que acceden al pabellón lo hacen en un grupo burbuja para facilitar la labor del rastreador en el caso que sea necesario. Además sólo puede acceder un entrenador por gimnasta, lo que reduce muchísimo la cantidad de personas en el pabellón.
Al acceder al pabellón hay un punto de toma de temperatura, desinfección de suelas del calzado y gel hidroalcohólico de manos. Se desinfectan los tapices cada jornada. Las gimnastas realizan el calentamiento con mascarilla, todo el mundo en el pabellón está obligado a llevar mascarilla (jueces, voluntarios, gimnastas y personal de la organización) y no se permite comer en el interior. Además, hay un recorrido fijado de flechas en el suelo para dirigir el tráfico de manera que no se encuentren los que entran con los que salen. Cuando se llama a la gimnasta al tapiz central de competición, la entrenadora le guarda la mascarilla, y se la vuelve a entregar una vez finalizado el ejercicio.
El tema premios y medallas se ha solucionado haciendo que sean las propias gimnastas las que cogen su medalla de la bandeja, que previamente ha sido desinfectada y así no hay contacto de más manos que las de ellas mismas. Quizá le quita un poco de emoción y vistosidad a la entrega, pero es un peaje que todos pagan con gusto, ya que, gracias a estas medidas, se les permite competir. Mención especial al comportamiento ejemplar de padres, madres y deportistas que siguen, a rajatabla, todo este protocolo.
En palabras de Cova: “Somos conscientes del riesgo que se corre en estos eventos tan numerosos, pero en ningún momento hemos pasado miedo o preocupación, si bien es una tarea dura que te exige estar alerta en todo momento, tengo plena confianza en la responsabilidad de la gente y de hecho los resultados tan exitosos demuestran que lo estamos haciendo bien”.