30/1/2017
Exgimnasta y entrenadora, Lucía Guisado es la seleccionadora del Equipo Nacional de Gimnasia Artística Femenina desde hace tres años y comparte equipo técnico con Almudena San José y Eva Rueda.
A las puertas de estrenar nueva temporada, Lucía nos dedica unos minutos para hablar de este año 2017, de cómo son las gimnastas del equipo de GAF y contarnos que está convencida de que “la calidad de la gimnasia española empieza otra vez a subir” gracias a un gran número de gimnastas y entrenadores que están trabajando duro y a un alto nivel.
Después de escuchar sus palabras, estamos deseando que empiece la nueva temporada.
A nivel de competiciones los objetivos principales para este año son el Campeonato de Europa y el Campeonato del Mundo en la categoría sénior, y el Campeonato del Mediterráneo y los EYOF/FOJE (Festival Olímpico de las Juventudes Europeas) en la categoría junior.
A nivel de resultados en estas competiciones los objetivos serían clasificar a dos gimnastas en la final individual y en alguno de los aparatos, tanto en el europeo como en el mundial.
Para las gimnastas junior, el objetivo de la competición del mediterráneo es clasificar al equipo en el pódium y conseguir la clasificación entre las ocho mejores en la final individual y en las finales por aparatos. En los FOJE, el objetivo sería clasificar al equipo entre los diez primeros y a alguna de las gimnastas en la final individual. Pero el máximo objetivo es crear un amplio grupo de gimnastas del más alto nivel, preparándolas para afrontar los distintos eventos de todo el ciclo con las máximas garantías para conseguir la clasificación del equipo para Tokio 2020.
La temporada se presenta muy bonita, pues tanto en la concentración de tecnificación que hicimos en el mes de noviembre pasado, como la de categoría junior y sénior que hemos tenido este mes de enero, hemos podido disfrutar de unos grandes entrenamientos con un gran número de gimnastas y entrenadores que están trabajando duro y a un alto nivel, lo que hace que la calidad de la gimnasia española empiece otra vez a subir.
Esta nueva temporada creo que será el comienzo del regreso de nuestra gimnasia a la elite de este deporte.
La principal característica de este grupo de gimnastas es la gran ilusión que ponen y lo mucho que les gusta lo que hacen. Son muy, muy trabajadoras. Luchadoras. Creadoras. Divertidas cuando tienen que serlo y muy serias en su trabajo.
Son muy buenas compañeras, me encanta verlas y escucharlas como se animan las unas a las otras en los entrenamientos y en las competiciones. Son sinceras. Son generosas en su esfuerzo…
Cada día realizamos dos sesiones de entrenamiento, menos el jueves que sólo hay una y el domingo que se descansa. El día lo empiezan con sus clases en el instituto, luego una primera jornada de entrenamiento de 11h a 14h, suben a la Residencia Blume a comer y a clase nuevamente, y una segunda sesión de entrenamiento de 17h30 a 21h.
Según el momento de la temporada, en el entrenamiento le damos una mayor intensidad al trabajo de los ejercicios completos de competición o al aprendizaje de nuevos elementos.
A la hora del aprendizaje uno de los aparatos más difíciles son las paralelas asimétricas, porque es el más diferente a todos, pero a la hora de la competición creo que el más difícil es la barra de equilibrios, ya que la concentración es este aparato tiene que ser máxima y el más mínimo error te puede hacer fallar.
Para mí, estos años han sido muy enriquecedores, me han dado la posibilidad de vivir momentos muy bonitos, pero al tiempo también determinadas circunstancias por las que llegué a esta situación han sido muy difíciles.
Los mejores momentos han sido la clasificación del equipo sénior en 6ª posición en el europeo de Sofía (Bul) y las participaciones con Roxana Popa en los distintos torneos de la Copa del Mundo, en Tokio fue 2ª clasificada.
Lo peores momentos han sido todos y cada uno de los momentos en los que alguna gimnasta ha sufrido alguna lesión.
Anécdotas ha habido muchas a lo largo de mi paso por este deporte. La más reciente puede que sea la del regreso a España del Campeonato del Mundo de Glasgow.
La última noche antes de nuestro regreso a casa cayó una niebla tan intensa que no despegaban los vuelos, llegamos al aeropuerto y después de pasar allí más de 5 horas tratando de hacer el embarque, cuando nos toca el turno nos dicen que no volábamos ese día y que no nos aseguraban que pudiéramos volar al día siguiente, que tenían que repartir el grupo en dos vuelos diferentes.
¡Uff, fue complicado! Al final nos llevaron a un hotel en la otra punta de la ciudad sin nada que ver ni hacer y sin la seguridad de que pudiéramos salir al siguiente día. No contentos con eso, cuando al día siguiente por la tarde llegamos al aeropuerto cada grupo por su lado, no nos querían dejar embarcar porque decían que nos faltaba el justificante para poder facturar las maletas y que sin ese documento no viajábamos… nos hicieron recorrer toda la terminal tratando de encontrar a la otra parte del grupo para ver si alguien tenía ese documento, pero no, ese documento no existía era un error suyo y al final... pudimos embarcar y llegar a casa. Lo que en un principio era un viaje de dos horas, duró un día y medio.
